lunes, diciembre 25, 2006

Libertango.

Perdonáme si te bato que sos un asco. Perdonáme si no te discuto que sos poco hombre, si desde aquí veo tu virilidad apuntando al suelo. Tenés la sensibilidad boca arriba y la sensatez escondida en la gabardina. Mejor andá y prepará el mate para los dos. Que te ves más sexy cuando trabajás, cuando te movés por la cocina, que por lo menos hacés algo productivo, no como en la cama, que no hacés más que dejarme con ganas de algo mas. Che!, tendría que decirte esto y mucho mas, para que calmes las pasiones de una vez por todas, que nuestra vida ya se convirtió en un tango de piazzola, en una balada para un loco, que aquí vos sos el único loco y lo acentuás mas mientras te paseás por la recoleta con un clavel en la mano y el terno negro que tu mamá te regaló. Que ridículo que sos!.
Allá vos si no tenés nada que decirme, y si algo tenés guardado por ahí, decílo luego que este acento me esta matando. Y aquí te va algo más, nunca me gusto tu fetiche por la argentina, que vos creés que me siento cómoda hablando así?. Que con vos boludo! me siento cada día mas estúpida, que la nacionalidad ya se me fue por los poros y que si sigo aún con vos es por miedo a la soledad.

domingo, diciembre 10, 2006

despues de él.

Definitivamente fue más inteligente que yo, no mezcló sexo con amor, ni afecto con dependencia. Preciso, manipulador, mitómano y pendejo. Todo a su favor, cara tierna, atractivo con dos vodkas encima, voz suave, comprensivo y mas alto que yo.
Saber fingir jugó de su lado, no del mío -y me decía ser buena fingiendo-, supo enamorarme y desencantarme a la vez, cuando estaba sobre mi sabia que no sufriría dentro de una hora, 20 de previa, 15 activos y 25 post-acto –incluyendo conversa, el cigarro y uno que otro cariño-, luego agarraba mi cartera, arreglaba mi pelo y desaparecía. Con un sabor dulce de venganza sin reconocimiento, que hoy ya no es venganza, sino ridiculez. Él, sus manos, su cama y sus palabras no sirven en conjunto, por separado cumplen buena función, pero nunca alguien debería creer en lo que hacen sus manos y lo que dice su boca en el mismo momento, porque fingiendo y olvidando sacó un doctorado con honores. Ya no me advierto porque perdí, advierto a quien venga después de mi, que ya llego y no sabe a quién tiene al frente, difícil sería, porque ni el mismo lo sabe. 30 grados de calor en un domingo no le jugaran a su favor, las mismas palabras que yo oí si servirán, pero sonaran desgastadas, tristes y sin ganas de ser pronunciadas una y otra vez. Porque yo me vengué de la manera mas dulce dando media vuelta sin mirar hacia atrás, y porque descubrí la táctil manera de convertirme al odio sin volverlo a ver.