viernes, octubre 20, 2006

vista ancha.

Perdí la vida en una apuesta.
Me quede con cuatro cartas en la mano, dos bajo la manga y el resto del mazo boca arriba.
Ni siquiera me tomo por sorpresa, lo veía venir. Casi de la misma manera en que vi venir sus temblorosos pasos hacia mi, o quizás fueron los míos.
Es la intriga, la morbosa sensación de enigma que se posa sobre mi lengua. Me inhibe a decir las cosas claras, me detiene a escupir palabras que luego podría lamentar. Porque últimamente no hago más que lamentar a regaña-dientes lo que digo, que quizás las cosas serian mucho más distintas si no hubiera dicho nada.

Podría yo propiciar el cambio más significativo, luego realizarlo y hacerlo notar al mundo entero. No me cuesta, me enorgullece, me llena de ganas poder hacerlo. Pero ve a saber tu si lo puedo hacer si no veo una reacción inmediata, que lo que me molesta se acrecienta día a día. Que ya no es suficiente un: “sabes, la confianza va primero”, al carajo todo el sentimentalismo.
Podría yo, también, poner mí apostada vida sobre tus manos, y dejarme llevar por el ondulante movimiento de tus dedos, pero quedaría en mí, un dejo de temor a que me lances al olvido.

Y es que a mi vida, querido, se le vino encima la sublevada gracia de no querer seguir fingiendo, que a ella ya le bastó llenarse de narcisismo rosa. Que el sol brilla por brillar y no por nosotros.

martes, octubre 17, 2006

fin.

Me agarro el odio por la espalda.
Con entonación rebelde me dijo que no me dejaría tranquila hasta que me diera cuenta de lo que me hacia mal. Me puso música de fondo, me hizo cerrar los ojos, suave y lentamente me susurraba en el oído que mi cuerpo ya no estaba aquí, si no que, estaba en el lugar que yo mas quería, que mas paz me daba.
Ironías, pensé. Él, tan lleno de odio, odio puro, el mismo odio aferrado a mi espalda, diciéndome al oído que debía estar en paz.
Obedecí, y así fue como lentamente deje de estar aquí.
Me dijo qué si no quería estar sola podía llevar a alguien más para que me acompañara, así lo hice. Fue en ese momento cuando mi cabeza se apoyo en un hombro que por discreción no nombrare. Me obligó a buscar algo, algo que estaba perdido, una cosa, situación o persona que estaba justamente en el mismo lugar que yo.
Mágicamente detrás de unas plantas apareció una persona, que también, por exclusiva discreción me tragare su nombre.
La música seguía sonando, lenta y repetitivamente, pero era como si no la escuchara.
Su mano aún en mi espalda me apretaba sin compasión, señalándome la razón justificada de mi odio permanente. Pero fue ahí, en ese momento cuando todo se aclaró, que solo por esa insignificante persona mi vida ha ido cuesta abajo sin detenerse, que me arroja cada vez mas profundo a un abismo triste y desolado.

Volvía, yo volvía aun sin quererlo. Su mano dejaba ya de apretarme, y cansada abrí los ojos y me re-incorpore por completo.
El odio ya no estaba tras de mi sobre mi espalda, si no que ahora estaba dentro mío aferrado en mi interior, como que si fuera una parte de mí que jamás tuve el placer de conocer.

Se agarro el odio al sentimiento, con fin de causar dolor a una sola persona que sin quererlo matará la razón mas profunda de mi caída hacia el abismo.
Se agarro el odio a mis entrañas, y me hace llorar por lo que se me vendrá, que no quiero que suceda pero que se acerca imbatible y cada día, lamentablemente, mas inminente.

sábado, octubre 14, 2006

soliloquio

Hey, despierta ya, que esto no es un juego.
No es levantarse temprano y ordenar todo para ti y que tu no estés, no es hacer la hora entre goterones y que luego no aparezcas.
Me diste vuelta la sensibilidad, como un impermeable, y que de pronto ya no tendré el tacto para saborear los momentos como es debido. Que ya no me gusta abatirme con el tiempo, que la espera dejo de ser agradable y que las mariposas en el estomago están mutando contra mi voluntad y se convierten en moscas repugnantes.
Pasar el tiempo contigo era lo mejor antes de enfrentarme con el tiempo, que ya me distrae mas que tu, me acaricia mejor que tu.
Parece que darte cita no sirve de nada, que no tomas en cuenta como administro mi tiempo para no estar atareada a tu lado, que todo esto dejo de ser tan simpático como parecía ser.
Pero una vez con los ojos descubiertos ya nadie me los tapará jamás, que ya tome en cuenta tu indirecta disfrazada de bondad y poca avaricia, que no sirvo para esto menos en la práctica. Pero que ahora me doy cuenta sin mas reparo que un dolor en el pecho, que no me llevo bien con el tiempo compartido, que todo parecía mas calmo cuando no tenia por quien preocuparme.
Y me hierve la sangre a golpes que no puedo desatar sobre los inocentes porque el culpable no esta a mi lado, y debo tragarme los deseos de terminar con lo que acelera el corazón ya rebalsado de tanta espera.
Casi mejor es el tiempo, que me da mas pelea que tus propios sentimientos, todo va mucho mejor cuando se defiende la libertad, la de no estar atada a nada. Pero tu, tu no me das mas cabida que una discusión por tu bendita culpa, no me das mas que este vacío de quedarme en casa porque así lo dispones, de saber que todo rezuma hostilidad, que la noche vendrá atrasada con el viento, que los noticieros demandan mas atención por mi que tú. Que pierdo el tiempo y el deseo de que esta tarde vengas por mí.

viernes, octubre 06, 2006

con-fusion

Y estando confundida otra vez, puedo ya lanzar palabras sin problemas.
La felicidad es un impedimento para que mis manos continúen haciendo lo suyo, mágicamente ignorantes de que mañana será otro día quizás mas alegre.
Pero es hoy, hoy es cuando debo aprovecharme de la confusión, profanándola hasta dejarla seca, olvidada y ya tirada en soledad.
Porque me hace bien, me libera y me mantiene la mente ocupada en lo que debo hacer. Si tomar esto o lo otro, si me dará mas satisfacción lo que me dicen o lo que pienso.
C-o-n-f-u-s-i-ó-n. Palabra con demanda, desencadenante al stress y desconfianza. Ahora propia de mi, de este momento y de estos días en particular.
Y qué hacer cuando te sientes en el medio, dar un paso a la izquierda, derecha o simplemente seguir con la problemática, mordiéndome la lengua y maldiciendo a todos a regaña dientes.
Que la gente se joda, que le hace bien joderse un rato, que los mantiene ocupados, expectantes a lo que pueda hacer, que soy el centro de atención, que esperan de mi una respuesta que no pienso dar.
Porque afloró en mi todo vehemencia de egoísmo, que haré lo que estoy haciendo, que me tragare todas las palabras amargas que me digan con odio o comprensión. Que hoy me vale lo que piensen de mi, que solo hoy me tomo la libertad de mandar todo a la mierda solo porque si.
Porque quiero, porque no tengo que responderle a nadie, que quiero ser mala, cruel, cínica y hasta mataría para completar mi maldad.
Confusión, ya le encontré sentido, una respuesta válida con reacción instantánea, como el jugo en polvo.